La parálisis cerebral infantil puede definirse como un trastorno del control del movimiento y la postura, que aparece de forma temprana y que es consecuencia de una lesión, malformación o disfunción del sistema nervioso central, y que no es el resultado de una enfermedad progresiva o degenerativa cerebral.

  • El problema puede por tanto aparecer pre-, peri- o postnatalmente.
  • Se utiliza el criterio temporal de la aparición de los síntomas antes de los 2 años (algunos autores los 5 años) como punto de corte, para diferenciar la parálisis cerebral infantil del daño cerebral adquirido.
  • Un seguimiento clínico debe establecer que no es una enfermedad progresiva (aunque las encefalopatías estáticas pueden cambiar la intensidad de sus síntomas según la etapa del neurodesarrollo, lo que se denomina pseudorregresión).
  • La exploración neurológica debe establecer que:
    • Es un trastorno motor (principalmente, ya que pueden haber déficits asociados).
    • Es un trastorno originado en el sistema nervioso central (y se excluyen las enfermedades neuromusculares), lo cual se infiere por la presencia de signos exploratorios:
      • Piramidales.
      • Extrapiramidales.
  • La historia clínica puede ser suficiente para establecer una causa, aunque casi siempre es necesario utilizar pruebas complementarias, principalmente de neuroimagen, aunque las pruebas genéticas han cobrado especial importancia en los casos sin diagnóstico establecido.

El término parálisis cerebral infantil es por lo tanto un término descriptivo, no es un trastorno sino un conjunto de trastornos diferentes, con etiología diferente, pero que no obstante se presentan de forma estereotipada y comparten una serie de complicaciones características.


Formas de presentación:

En consultas externas y atención primaria:

  • En el seguimiento de niños “con factores de riesgo”, como los pretérmino.
  • En niños con retraso del desarrollo motor, en particular el motor grueso (sedestación, bipedestación y marcha).
  • En niños con patrones de movimiento asimétricos, como por ejemplo la preferencia manual precoz.
  • En niños con anomalías del tono muscular, tanto hipotonía (precoz) como espasticidad (tardía).
  • En niños con problemas de alimentación, por ejemplo dificultades para la deglución no explicadas por otras causas médicas.

En urgencias:

  • Problemas respiratorios, en particular neumonía asirativa.
  • Mal control de crisis epilépticas, incluso status epilépticus.
  • Irritabilidad inexplicada: a considerar infecciones agudas, esofagitis, problemas dentarios, subluxación de cadera, fracturas patológicas, estreñimiento, efectos adversos del tratamiento farmacológico, etc.

Estratificación según la gravedad:

Para la estratificación de la gravedad se utiliza la GMFCS (global motor function cerebral palsy scale).


Trastornos asociados:

Comorbilidad neurológica:

  • Problemas visuales (hasta en el 40%), como estrabismo, problemas de refracción, defectos del campo visual y discapacidad visual cortical.
  • Discapacidad auditiva (3-10%).
  • Trastornos del lenguaje y el habla.
  • Epilepsia (50%).
  • Dificultade cognitivas, que van desde las dificultades específicas de aprendizaje hasta la discapacidad intelectual.
  • Espasticidad.
  • Sialorrea.
  • Incontinencia urinaria y/o fecal.

Otros problemas de salud:

  • El crecimiento y la nutrición es un problema común en todos los casos, existen curvas específicas para este grupo de población, en función de su GMFS y de si son alimentados mediantre gastrostomía o no.
    • La discapacidad motriz condiciona deformaciones esqueléticas secundarias a la inmovilidad, la espasticidad y el efecto de la gravedad.
    • El fallo de medro es muy frecuente, y es necesario utilizar estrategias de apoyo nutricional en muchos casos. En los más graves hay que considerar la alimentación a través de SNG o gastrostomía.
    • Por otro lado, la sobrealimentación y la obesidad interfiere con el desarrollo de las habilidades motoras y dificulta la atención por parte de los cuidadores.
  • Problemas gastrointestinales, como reflujo gastroesofágico y estreñimiento.
  • Algunos niños con parálisis cerebral infantil desarrollan enfermedad pulmonar crónica, secundaria a microaspiraciones como consecuencia de la disfagia orofaríngea o el reflujo gastroesofágico. Es necesario vigilar la presencia de tos y atragantamientos durante las comidas, así como la aparición de sibilancias tras estas.
  • Algunos niños son portadores de derivación ventriculo-peritoneal, que hay que vigilar.
  • La osteoporosis y incluso las fracturas patológicas ocurren en los casos más graves.
  • Es necesario vigilar la salud dental.
  • Los problemas emocionales son frecuentes.
  • Problemas ortopédicos, como las contracturas. Pueden desarrollarse con el tiempo, por lo que el tratamiento ortésico es muy importante. En ocasiones requieren tratamiento quirúrgico.

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