En la práctica clínica tenemos 2 estrategias principales para obtener información sobre el funcionamiento cognitivo de un niño.

Itinerario educativo.

A través del itinerario educativo del niño podemos inferir la intensidad de las dificultades que presenta, si bien hay que tener en cuenta varias premisas:

  • En caso de que haya habido un acceso tardío al sistema educativo, el rendimiento puede no representar adecuadamente las habilidades cognitivas del individuo.
  • La ausencia de repeticiones no es representativa en el contexto actual de problemas de rendimiento académico, ya que el sistema educativo actual prioriza las relaciones sociales del menor y fomenta la realización de adaptaciones que permitan su continuidad con el grupo de referencia.
  • Es necesario tener en cuenta la presencia de adaptaciones curriculares durante la etapa de primaria, y si estas son significativas o no significativas.
  • Al mismo tiempo es necesario conocer los programas adaptados en los cursos de secundaria (PMAR, programa de mejora del aprendizaje de la LOMCE, antigua diversificación curricular de la LOE) o programa por “Ámbitos” (llamado así por las familias, aunque en realidad se trata de una metodología aplicable a cualquier itinerario educativo), que desde la LOMLOE vuelve a llamarse programa de diversificación curricular o PDC.
  • Es necesario tener en consideración el tipo de escuela al que asiste el menor, por ejemplo, si se trata de un centro de alto rendimiento, o si se trata de un centro de carácter singular (los CAES son Centros de Actuación Educativa Singular en los que está escolarizado alumnado que presenta dificultades de inserción escolar por encontrarse en situación desfavorable, derivada de circustancias sociales, económicas, culturales, étnicas o personales).
Valoración psicométrica.

Debe realizarse por una persona cualificada y entrenada (psicólogo) que participe en la selección y realización de la prueba psicométrica estandarizada adecuada para el objetivo que se persigue.

Selección de la prueba.

La selección de la prueba psicométrica es la fuente principal de sesgo. Debe estar ajustada en función de los parámetros demográficos de la muestra a la que se va a hacer referencia, y dicha información vendrá referida en las instrucciones de la prueba. Principalmente:

  • Edad. En función de la edad del sujeto, la prueba estará diseñada para evaluar unas o otras capacidades.
  • Idioma de aplicación. La valoración psicométrica debe realizarse con un test estandarizado para hablantes nativos del idioma en el que está elaborada la prueba.
  • Tiempo de aplicación. No todas las pruebas pueden realizarse en el mismo número de sesiones, algunas tienen una duración más larga que otras.
  • Objetivo que se pretende medir. Cada prueba está diseñada para medir una determinada variable.
  • Antigüedad. Las pruebas psicométricas deben renovarse cada 10 años, ya que la población a la que hacen referencia cambia con el tiempo, y su rendimiento cognitivo también. Se conoce como efecto Flynn.
  • Situaciones especiales. Existen determinados individuos que presentan situaciones especiales derivadas de su discapacidad, que impiden la aplicación de pruebas estandarizadas en población general, como puede ser la población con ceguera o sordera congénita, la población no verbal o la población con discapacidad motriz severa.
Ejecución de la prueba.

Es necesaria la realización escrupulosa de la medición según los parámetros predefinidos en la prueba. Para que el resultado tenga validez, hay que controlar los sesgos.

  • Pueden existir errores de inframedida. Una puntuación baja implica un mal rendimiento en el momento de realización de la prueba, pero no siempre representa el rendimiento óptimo del niño, ya que puede haberse visto interferido por un problema de colaboración, por errores en la aplicación de la técnica, o por otros factores.
  • Pueden existir errores de supramedida. El sesgo más frecuente que hemos de intentar evitar es el sesgo de aprendizaje, que ocurre cuando utilizamos una misma prueba de forma sucesiva, lo que facilita el recuerdo de las tareas y mejora el rendimiento. Es recomendable espaciar 1 año la aplicación de una misma exploración cognitiva para evitarlo.
Interpretación de la prueba.

La valoración psicométrica permite el análisis de distintos dominios cognitivos. Los dominios mínimos para disponer de una valoración neuropsicológica completa son:

  • Inteligencia general.
  • Funciones unidominio.
    • Funciones ejecutivas y atención (lóbulo frontal).
    • Lenguaje (lóbulo temporal dominante).
    • Memoria (lóbulo temporal).
    • Visoespacial (lóbulo occipital).
    • Screening emocional (lóbulo límbico).
  • Funciones multidominio:
    • Aprendizajes instrumentales.
      • Lectura.
      • Escritura.
      • Competencia matemática.
    • Cognición social y habilidades sociales.

A través del análisis de los resultados y el conocimiento de las tareas específicas contenidas en cada prueba, pueden realizarse inferencias respecto a las funciones cognitivas específicas que se ven alteradas.

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