Definición.

El trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL) es una condición que afecta la adquisición y el uso del lenguaje en los niños. También se conoce como trastorno específico del lenguaje (TEL).

El TDL se caracteriza por dificultades persistentes en la comprensión y/o expresión del lenguaje oral, que no se explican por otros trastornos, como la deficiencia auditiva, los trastornos neurológicos o las dificultades intelectuales. Estas dificultades pueden manifestarse en diferentes aspectos del lenguaje, como el vocabulario, la gramática, la fluidez o la comprensión de instrucciones.

Los niños con TDL pueden tener dificultades para pronunciar palabras correctamente, construir oraciones gramaticalmente correctas, comprender el significado de las palabras o seguir instrucciones verbales. Estas dificultades en el lenguaje pueden afectar su desempeño académico, social y emocional.

Las causas exactas del TDL no se conocen con certeza, pero se cree que puede haber factores genéticos, neurobiológicos y ambientales involucrados. Algunos niños pueden presentar antecedentes familiares de trastornos del lenguaje, lo que sugiere una predisposición genética.

Con la intervención adecuada, muchos niños con TDL pueden mejorar sus habilidades lingüísticas y alcanzar un nivel de comunicación funcional. Sin embargo, cada caso es único y el pronóstico puede variar. Es fundamental abordar tempranamente las dificultades del lenguaje para maximizar el potencial de desarrollo y minimizar el impacto en el niño a largo plazo.

Síntomas de alarma de trastorno del lenguaje.

En bebés y niños pequeños (hasta los 2 años):

  1. Falta de balbuceo: El bebé no emite sonidos vocales como “bababa” o “gugugu” a partir de los 6 meses.
  2. Ausencia de gestos comunicativos: El niño no señala, agita la mano o utiliza gestos para comunicarse.
  3. Falta de respuesta a estímulos verbales: El bebé no responde a su nombre o no muestra interés por los sonidos o las voces a su alrededor.

En niños en edad preescolar (3-5 años):

  1. Vocabulario limitado: El niño tiene dificultades para aprender y recordar palabras nuevas, lo que resulta en un vocabulario limitado para su edad.
  2. Errores de pronunciación persistentes: El niño tiene dificultades para pronunciar correctamente ciertos sonidos del habla, especialmente aquellos que son comunes en su grupo de edad.
  3. Oraciones cortas y gramaticalmente incorrectas: El niño tiene dificultades para combinar palabras en oraciones gramaticalmente correctas y sus frases son cortas y poco estructuradas.
  4. Dificultades para seguir instrucciones: El niño tiene problemas para comprender y seguir instrucciones verbales simples y secuenciales.
  5. Pobre habilidad para contar historias: El niño muestra dificultades para contar historias coherentes y secuenciales, con poca estructura narrativa.

En niños en edad escolar (6 años en adelante):

  1. Dificultades de comprensión lectora: El niño tiene dificultades para entender el significado de lo que lee, tanto en textos narrativos como informativos.
  2. Dificultades para expresar ideas por escrito: El niño tiene problemas para organizar y expresar sus pensamientos por escrito, mostrando una escritura pobre en coherencia y estructura.
  3. Dificultades en el aprendizaje de idiomas extranjeros: El niño tiene dificultades para adquirir y aprender un nuevo idioma de manera efectiva.
  4. Dificultades en el razonamiento verbal: El niño tiene dificultades para comprender y responder preguntas complejas o seguir instrucciones detalladas.
  5. Dificultades en la interacción social: El niño tiene dificultades para participar en conversaciones fluidas y mantener interacciones sociales adecuadas debido a problemas en la comunicación verbal
Diagnóstico diferencial.

El retraso simple del lenguaje se refiere a un retraso en el desarrollo del lenguaje sin ninguna causa conocida específica. Los niños con RSL suelen mostrar un progreso lento en su adquisición del lenguaje, pero eventualmente alcanzan un nivel de desarrollo del lenguaje típico. Pueden tener dificultades temporales en aspectos específicos del lenguaje, como la pronunciación o la gramática, pero estas dificultades tienden a desaparecer con el tiempo. Los niños con RSL pueden beneficiarse de intervenciones tempranas, como terapia del habla, pero no necesariamente tienen un trastorno subyacente.

Por otro lado, el trastorno del lenguaje implica dificultades persistentes y específicas en el desarrollo del lenguaje que no pueden atribuirse a factores como deficiencias auditivas, trastornos neurológicos o dificultades intelectuales. Los niños con TDL pueden tener dificultades en múltiples aspectos del lenguaje, como vocabulario limitado, problemas gramaticales, dificultad para formar oraciones coherentes o comprensión deficiente. Estas dificultades persisten a lo largo del tiempo y pueden requerir intervención terapéutica especializada para mejorar las habilidades lingüísticas.

El diagnóstico diferencial entre RSL y TDL se basa en una evaluación exhaustiva del desarrollo del lenguaje y la historia del niño, así como en la exclusión de otras posibles causas de retraso en el lenguaje.

Es importante destacar que el diagnóstico diferencial puede ser complejo, ya que algunos niños pueden presentar características intermedias o superponer los síntomas del RSL y el TDL. En tales casos, el diagnóstico puede requerir un seguimiento a largo plazo para obtener una imagen más clara del desarrollo del lenguaje del niño.

Retraso simple del lenguaje: Desfase cronológico, de 1 año, o año y medio de decalaje, pero con errores típicos (dislalias) y secuencia cronológica similar a la de un niño con lenguaje normativo.

Trastorno del lenguaje: Errores no típicos en el procesamiento del lenguaje, como por ejemplo problemas de sintaxis, semántica o pragmática.

Prerrequisitos en el desarrollo del lenguaje.
  1. Atención y concentración: Los niños deben ser capaces de centrar su atención en el lenguaje hablado, tanto para comprenderlo como para producirlo de manera efectiva. La atención sostenida y la capacidad de filtrar distracciones son importantes para el desarrollo del lenguaje.
    • Atención conjunta: Los niños deben ser capaces de participar en interacciones sociales y compartir la atención con otros, como seguir la mirada de una persona o señalar objetos de interés compartido.
  2. Habilidades motoras orales: El desarrollo de habilidades motoras orales, como la succión, la masticación y la coordinación de los músculos de la boca y la lengua, es fundamental para la producción de sonidos y palabras claras.
  3. Percepción auditiva: Los niños deben ser capaces de percibir y distinguir los diferentes sonidos del habla en su entorno. Esto incluye la capacidad de discriminar sonidos similares y reconocer patrones rítmicos y melódicos en el lenguaje.
  4. Cognición y desarrollo intelectual: El desarrollo cognitivo y las habilidades intelectuales proporcionan la base para el procesamiento y la comprensión del lenguaje. Es particularmente importante el desarrollo de las funciones ejecutivas. Esto incluye habilidades como la clasificación, la categorización, el razonamiento lógico y la comprensión de conceptos básicos.
Factores de riesgo de trastornos del lenguaje.
  1. Antecedentes familiares: Los antecedentes familiares de trastornos del lenguaje, trastornos del habla o dificultades de aprendizaje pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle un trastorno del lenguaje.
  2. Factores genéticos: Existen ciertos genes que se han asociado con un mayor riesgo de trastornos del lenguaje. Los estudios han encontrado que los trastornos del lenguaje tienden a presentarse en familias y pueden tener una base genética.
  3. Problemas de audición: La pérdida de audición o los problemas de audición recurrentes pueden afectar negativamente el desarrollo del lenguaje, ya que los niños necesitan una audición adecuada para adquirir y procesar los sonidos del habla.
  4. Trastornos del desarrollo neurológico: Algunos trastornos del desarrollo neurológico, como el retraso global del desarrollo, la discapacidad intelectual o el trastorno del espectro autista (TEA), pueden estar asociados con dificultades en el lenguaje.
  5. Factores socioeconómicos: Los factores socioeconómicos, como el bajo nivel socioeconómico, la falta de acceso a servicios de salud y educación de calidad, y un entorno socioeconómico desfavorecido, pueden aumentar el riesgo de trastornos del lenguaje.
  6. Prematuridad o bajo peso al nacer: Los niños que nacen prematuramente o con un peso bajo al nacer pueden tener un mayor riesgo de presentar retrasos en el desarrollo del lenguaje.
  7. Exposición a factores ambientales adversos: La exposición a factores ambientales adversos, como la falta de estimulación lingüística o un entorno caótico, puede afectar negativamente el desarrollo del lenguaje en los niños.
Tipos de trastornos del lenguaje.
Algoritmo de evaluación biomédica de los trastornos del lenguaje.

AVATEL. Asociación valenciana de trastorno del lenguaje.

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